El director Jason Reitman habla de la conexión de su familia con la franquicia, CGI vs efectos prácticos y da un primer vistazo al regreso de Terror Dog.
Tomar las riendas de una serie tan icónica como los Cazafantasmas podría ser una tarea abrumadora para cualquier director. Pero Jason Reitman, la mente maestra detrás del último capítulo de la franquicia, Ghostbusters: Afterlife, tiene a los Cazafantasmas en su sangre, no solo porque es un gran fan de las legendarias aventuras de los 80, sino porque es hijo de Ivan Reitman quien trajo las dos primeras entradas a la pantalla grande, y quien también agregó sus habilidades de producción a Afterlife.
En vez de verse abrumado por la sombra de las películas de su padre, el Reitman más joven vio la presencia y participación de su padre en el set de Afterlife como una gran ayuda para esta entrada. “Fui lo suficientemente afortunado de tener no solo al mayor experto de los Cazafantasmas sentado a mi lado”, me dijo Reitman cuando empezamos a hablar, “sino también a uno de mis narradores favoritos”.
“Es divertido”, ríe, “Soy el hijo de un Cazafantasmas, así que creo no debe ser sorpresa que cuando se trata de hacer una película de los Cazafantasmas, haría una película sobre la nieta de un Cazafantasmas. Y no había forma de hacer esto excepto con mi padre a mi lado”.
Esta relación de padre e hijo ha creado un gran nivel de consistencia entre Afterlife y las películas originales de los Cazafantasmas, por lo cual la nueva película es una secuela directa. A pesar de que han pasado más de 30 años, Afterlife realmente se siente como parte del mismo mundo al que nos introdujeron en 1984. Su tono, la comedia y el diseño serán reconocidos de inmediato por los seguidores de las originales.
“Tratamos de hacer eco de la película original en cada forma que fuera posible, y principalmente en la comedia. Es por esto el elenco de actores como Paul Rudd, Finn Wolfhard y Mckenna Grace.” Estas grandes estrellas son acompañadas por el relativamente nuevo Logan Kim quien interpreta a Podcast, un inadaptado sabio con una inclinación por los micrófonos y las grabadoras de audio.
“Ya saben, las audiencias aún no lo conocen”, asiente Reitman, “pero creo que lo van a amar. Se siente como el tipo de chico que tendrían en el reparto original”.
Y la sensación de que están saltando en el tiempo al mundo de las películas originales no termina con el humor. Afterlife empieza con una familia descubriendo que acaban de heredar una casa de campo destartalada en medio de la nada. Antiguamente habitada por Phoebe (Grace) y el abuelo ausente de Trevor (Wolfhard), la casa está llena de libros del piso al techo que hablan sobre lo paranormal, equipo agrícola sin usarse y, como resulta, equipo para cazar fantasmas.
Y cuando se trata de la aparición de la icónica Ghost Trap y otras herramientas clásicas, no hay rediseños elegantes. El aspecto tosco y gastado de los 80 de las películas originales se preserva perfectamente; se pudo extraer fácilmente de los archivos del estudio. Los efectos prácticos y utilería física están muy presentes, con la CGI limitada a una pequeña selección de escenas para preservar el estilo de Cazafantasmas y Cazafantasmas II.
“Siempre quisimos tener la receta original de lo que era una película de los Cazafantasmas. Y eso involucró hacer la arqueología, entendiendo cómo hicieron la original, y encontrando maneras de mezclar la vanguardia de la tecnología de computadora con los efectos más vieja escuela de Hollywood”.
El deseo de Reitman de mezclar diferentes tecnologías se ve mejor en una escena que ve el regreso del Terror Dog, un monstruo favorito de los fans cuya imagen seguramente está grabada en la mente de todos los que vieron las películas originales de chicos. La bestia está de regreso, y más terrorífica que nunca, gracias a una mezcla de efectos prácticos y digitales. Y les tenemos el primer vistazo a su resurrección en este clip exclusivo:
Sobre la creación de los efectos prácticos, Reitman dijo “Estamos hablando de imanes, cables, humo, espejos, animatrónicos y títeres. Básicamente teníamos un Terror Dog real en el set que era operado por los titiriteros más grandes que hay. Es ese tipo de filmación que creo le da a las películas su sensación y su tono. Es ese trabajo de cámara con los pies en la tierra. Es estar en escenarios reales en lugar de escenarios de pantalla verde.
“Así que cuando se paran frente al Terror Dog y lo ve a los ojos, sienten eso. Simplemente no hay dos formas de hacerlo. Se vuelve más intimidante cuando tienen a estos titiriteros que lo traen a la vida y sienten que están en presencia de una criatura real”.
No solo los monstruos regresan a Afterlife; la película está llena de Huevos de Pascua para los fans con ojos de águila. Cuando le preguntamos por su favorito, Reitman no se dejó presionar para elegir solo uno. “Les daré algunos para que busquen”, ríe, “Hay una línea en la película original donde Egon Spengler dice, ‘I once had half a slinky, but I straightened it’, así que en alguna parte de la película hay un resorte recto si pueden encontrarlo. También está el Ghost Sniffer que Bill Murray usa en el apartamento de Dana de la película original”.
Y, como corresponde, ya que Ghostbusters: Afterlife es “una película sobre la familia, por una familia”, Reitman no pudo evitar dar una referencia al trabajo previo de su padre. “También hay un guiño a Cannibal Girls, la primera película de mi padre”.
Esa conexión familiar claramente significa mucho para él. Una que está en el corazón de la película, resonando a través de él y todos los que están involucrados en la producción.
Ghostbusters: Afterlife llegará exclusivamente a cines este mes.
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